Existe un tipo de corona dental (a veces también llamada funda) que se produce íntegramente a partir de material cerámico. Estas “coronas totalmente cerámicas” se contraponen en cierto modo a las tradicionales coronas metálico-cerámicas que, como su nombre indica, están elaboradas a partir de dos materiales: una subestructura metálica, y cerámica de recubrimiento.

Trabajar con coronas totalmente cerámicas repercute muy notablemente en el resultado estético de la restauración, además de que la biocompatibilidad de la cerámica en contacto con los tejidos dental y gingival es excelente. Por el contrario, con las coronas convencionales de metal-cerámica la estética y la biocompatibilidad pueden quedar más comprometidas por causa de la subestructura metálica presente, que puede ocasionar coloraciones grisáceas estéticamente insatisfactorias, así como sufrir cierta corrosión y comprometer de este modo algo más la biocompatibilidad.

La mayoría de coronas totalmente cerámicas se fabrican a partir de tecnología CAD/CAM, lo cual significa que tanto el diseño como la elaboración de la corona se realizan mediante computadora. El ajuste de estas restauraciones, por tanto, suele ser superior al conseguido con otros sistemas de fabricación.

Existen distintos tipos de material cerámico con el que fabricar este tipo de restauraciones coronarias. Dos de los más utilizados, precisamente por los excelentes resultados que con ellos se obtienen, son la cerámica de óxido de zirconio y la cerámica de disilicato de litio. Será el profesional el que aconseje el uso de uno u otro sistema en base a las características del diente o dientes a restaurar.

Las carillas dentales son finas láminas que recrean la superficie visible de los dientes y que, adheridas sobre los mismos, los modifican tanto en su forma como en su color, de modo que resulta un gran embellecimiento de la sonrisa. Se trata de un extraordinario tratamiento de la estética dental por el que se obtiene un efecto espectacular.

Dos son los materiales con los que pueden fabricarse las carillas: cerámica dental y resina compuesta. La selección de uno u otro deberá recomendarla el odontólogo en función de las características de cada caso.

Las ventajas que presentan las carillas (o facetas) dentales son muchas. De entre éstas, podemos destacar:

• Resultado estético excepcional (sonrisa bonita y natural).
• Tratamiento muy conservador con los dientes subyacentes.
• Larga durabilidad del tratamiento (especialmente con las carillas cerámicas).
• Gran biocompatibilidad, superior a la que ofrecen las convencionales aleaciones metálicas.

Las carillas dentales se fijan a los dientes mediante especiales protocolos adhesivos que les confieren una gran resistencia, lo cual, añadido a la brillante estética obtenida, hace de este tratamiento uno de los más excelentes que puede ofrecer la odontología contemporánea.

Aunque la finalidad de las incrustaciones dentales es la misma que la de las convencionales obturaciones (o empastes) de resina compuesta (o composite), en determinados casos este tratamiento dental puede constituir una inmejorable opción terapéutica.

Las incrustaciones dentales son restauraciones que obturan defectos estructurales de los dientes y que, generalmente, se utilizan en aquellos casos en los que tales defectos son de un tamaño considerable. Por la misma razón, las incrustaciones dentales suelen confeccionarse a partir de material cerámico, el cual presenta normalmente unas propiedades de resistencia superiores a las que pueda ofrecer cualquier composite.

La elaboración de las incrustaciones dentales es indirecta. Esto implica que la colocación de las mismas requerirá, al menos, dos visitas a la clínica dental por lo que respecta al paciente.

Además de la elevada resistencia y de la posibilidad de restaurar extensas zonas afectadas en los dientes, las incrustaciones presentan todavía otra característica que las hace aún más preciadas: la estética. Se trata de restauraciones muy estéticas con las que difícilmente podrán rivalizar las convencionales obturaciones de resina compuesta.

Aunque las clásicas incrustaciones dentales se fabrican a partir de material cerámico silíceo, existen materiales alternativos, híbridos entre resina y cerámica, a partir de los cuales también es posible elaborar piezas incrustadas. Convendrá siempre valorar minuciosamente cada caso para poder seleccionar la alternativa más adecuada.

El blanqueamiento dental es un tratamiento odontológico estético que, mediante la aplicación de un agente específico sobre el esmalte de los dientes, consigue aclarar el color de la dentadura en varios tonos, lo cual redunda en el embellecimiento de la sonrisa.

Existen varios tipos de blanqueamiento dental. Básicamente, cuatro son las técnicas que la odontología actual pone a nuestra disposición:

• Blanqueamiento dental con luz LED.
• Blanqueamiento dental con radiación láser.
• Blanqueamiento dental ambulatorio con férulas confeccionadas a medida.
• Blanqueamiento dental que combina las férulas con alguno de los otros dos sistemas.

Es importante subrayar que la idoneidad de la aplicación de cada uno de estos sistemas debe ser valorada previamente por el odontólogo, pues cualquier tratamiento de blanqueamiento dental exige contar con un estado previo de salud bucal. Además, para que la terapia blanqueante sea exitosa, la correcta selección del caso también es de la mayor importancia dado que este tipo de tratamiento podría no ser el adecuado para un determinado paciente: en tinciones excesivamente agresivas -por ejemplo- siempre será más recomendable optar por alguna otra opción terapéutica.

Fruto de nuestra experiencia con todos estos procedimientos, acostumbramos a recomendar el tratamiento ambulatorio consistente en el uso de férulas individualizadas, bien sea combinadas con procedimientos realizados en clínica (mediante luz LED o láser), bien en ausencia de ellos.